viernes, 27 de octubre de 2017

vida soñada

el tiempo alza su lámpara
y aparecen los bordes
que definen tu cara
entrevista, hasta ahora
en un hilo de luz, una rendija
intuida, tatuada,
supuesta como un viaje
-y las manos que a tientas
se deslizan y buscan-
así te hallé en el sueño:
entero y recobrado a pesar de la muerte

llegado a tu destino,
sólo queda la paz entre nosotros
mientras viajan las almas
vida muerte y amor
edifican el sueño





martes, 15 de agosto de 2017

tiempo real

El sudor
la fuerza el golpe
la tension de los músculos el  rictus
las plegarias a gritos
un coro de marinos subyugados por cantos
los miles de corderos arriados con violencia
hacia esas aguas que no hubo
(ni habrá jamás)
hundidos y ahogados
porque no hay nada que cruzar, no hay otro lado
no hay opciones ni escapes ni futuro
todo es desierto estruendoso en su silencio
astilladas imágenes sin cuerpo
nada sin fondo y sin orillas  nada


El rojizo verdor que hay en tus ojos
ve a  través de la fiebre
tanta negra ceniza que sembraron
Nos acosa la muerte  y nos corrompe
esta estirpe capaz de propagar linaje


Enciende las hogueras
se agigantan las sombras y la noche
Arde. Nada. Cruza ese río en llamas, ilumínanos.

jueves, 23 de febrero de 2017

confesión

No sé
o no recuerdo:
no hay modo de saber
si algo no se guarda
se aísla, se reserva
se protege
y todo lo corroe esta intemperie.
No puedo,
mi pretensión no tiene tanto alcance,
me derrumbo
-la plenitud fue breve y fue derroche-
cuando el futuro es grande
no comprendes
que a estos días les sigan otros días.
Al fin,  sólo se trata
de navegar a ciegas
eludiendo el azar
con la conciencia.
Como quien dice
con una voz que crees que alucinas:
ahora,
ahí.


viernes, 4 de noviembre de 2016

no deja de pulir las formas de la nada
el poeta que cree que su mano decide
el rumor en la lengua ni siquiera lo roza
pasa
como un tren velocísimo
por un pueblo fantasma
la belleza, que es la forma real de la verdad,
cruzará los desiertos cuando sea su hora
los árboles derraman sus frutos y sus flores,
dan sombra hasta secarse
sin saber que lo hacen,
sin esmero especial en ser una otra cosa
más que aquella que son, de la raíz
hasta la copa
mientras, la brisa o el huracán
hacen con ellos
lo que deben hacer,
que es lo perfecto y su modelo.

Dedicatoria

                                                                                              "su cuerpo dejará, no su cuidado;
                                                                                              serán ceniza, mas tendrá sentido;
                                                                                              polvo serán, mas polvo enamorado".
                                                                                                                       Francisco Quevedo


En la espesa negrura donde puja  la noche
las cosas se enajenan.
Como zombies  absurdos,
como airados reflejos
contra el cristal que nos repite,
volvemos a encontrarnos.
Aplicás otra capa de óleo denso
a la vieja pintura de tu escena obsesiva:
la imagen revelada de tu esencia.
Y no cubre,  y se filtra
cuando, ya desprovista de mis ojos,
te vi desmoronarte
desde tan poca altura.

Barro somos,
los desenamorados.



viernes, 21 de octubre de 2016

si estuviera en mis manos
lo que la mente crea
con latidos del cuerpo con
sutiles materias
sin más sentido que el sonido
sus ondas hacia arriba
extensas y chocando
vibrar como los cuerpos vibran
alzándose hacia el cielo
desde la superficie
que sustenta y procrea
vibrar como las voces
cuando afina y proyecta
la música  del hombre
su canto verdadero
la abstracción de la lengua
y aún en ella
las figuras y el porte
de lo real del sueño
en ese ensueño
buscándote y oyendo
el compás que conduce
por la senda más cierta
y ciegos, ciegos, ciegos
vamos a ver y vemos
unos hilos apenas
como llovizna o llanto
o semen en desérticos espacios
abiertos a la nada y sin embargo

jueves, 20 de octubre de 2016

Simbiosis

En lo hondo del mar, con esa extraña música
el vaivén de las aguas hamacando las formas
de todo lo que habita el fondo de este mundo.
Escamas  de los peces, como nubes doradas
custodiados por haces de venenos terribles.
La vida que llevamos:
sustrato y pesadilla.
Huir. Bajar. Nadar
buscando aire en el agua.
La perfecta armonía de ser donde se está
tan peligrosamente a salvo.
La anémona y el pez
son amantes sensatos.